EL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
Conocer la doctrina sacramental sobre el
matrimonio: elementos, signo sacramental, validez y licitud.
UNA
RESPUESTA QUE DEBEMOS CONOCER
El matrimonio, es de por si un sacramento
vital en nuestra fe, la base de nuestra vida como comunidad eclesial, como
pueblo de Dios, que se mantiene firme en su palabra.
La alianza matrimonial, entre el hombre y la
mujer constituyen entre sí una unión de
toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a
la generación y educación de la prole, fue elevada por Cristo a la dignidad de
sacramento entre los bautizados. Hoy el sínodo de los Obispos convocados por el
Santo padre francisco, comienza una reunión para discutir en el seno de nuestra
Iglesia, la profunda crisis que vive nuestra comunidad en torno al vínculo
sacramental del matrimonio y la situación de muchos fieles católicos,
divorciados y que han contraídos matrimonios por segunda ocasión, sin disolver
el vínculo matrimonial de su anterior matrimonio sacramental.
Debemos darle a este sínodo la oportunidad de
traer luz a nuestra Iglesia en torno a este importante asunto de la Iglesia,
pues a fin de cuenta Dios es sumamente misericordioso y cuida de manera partícula
a todas sus criaturas, pues todos somos hijos de Dios. La Iglesia quiere
enfrentar los retos de una sociedad en crisis, y plantea nuevamente todo lo
relativo a lo que constituye ese vínculo sacramental.
Cuáles son los elementos en discusión en este sínodo.
En primer lugar la definición propia de lo que es el matrimonio eclesial y
sacramental. En segundo lugar que el
matrimonio será un signo eficaz de la presencia de Cristo que les da la gracia
necesaria para amarse santamente el uno
al otro y cumplir sus mutuos deberes, símbolo de la unión de Cristo con su
Iglesia. Así pues, el matrimonio católico es un verdadero sacramento instituido
por nuestro Señor Jesucristo como claramente aparece en numerosas citas de los
Evangelios.
La iglesia busca de forma efectiva poder
resolver la situación de muchos de nuestros hermanos, que por una u otra razón a
terminado en divorcio su relación matrimonial, pidámosle al Señor para que
ilumine a nuestros obispos y al papa, para que les ofrezca algún consuelo a
aquellos que quieren seguir recibiendo la eucaristía, aun después de vivir en
un proceso de divorcio.
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