domingo, 2 de noviembre de 2014

La formacion de la conciencia


El problema de saber elegir entre el bien y el mal, y la formación de la conciencia.
Prof. Pedro N. González
A veces nos podemos encontrar en ciertos conflictos éticos, morales y religiosos, pues pensamos que si hacemos algo incorrecto eso no tiene consecuencias, tal vez porque no pensamos bien lo que hacemos.
Ciertamente todos tenemos nuestra limitada capacidad para saber si en realidad hemos hecho bien o mal en nuestras decisiones personales, tal vez pudiéramos comenzar por preguntarnos como padres, aquellos que tenemos la dicha de compartir ese don  de la paternidad,  si le hemos enseñado a nuestros hijos a escuchar la voz de la conciencia para saber qué hacer y cómo comportarse en cada momento.
Creo que esto también no lo debemos preguntar para nosotros mismos he aprendido yo a escuchar la voz de mi conciencia. No se asuste, todos pasamos por esos momentos  de confusión, somos seres humanos, tenemos muchos gustos y muchos caprichos que a veces no podemos controlar.  Pero uno de los aspectos más importantes de nuestra formación es aprender a conocer la verdad, uno de los problemas que más afecta la formación de la conciencia es  saber vivir conforme a esa verdad eterna que es Dios. De ahí nace la razón de ser en nuestra vida. Entonces  si hemos aprendido algo en nuestras vidas, es porque Dios nos lo ha permitido. Pues Dios es esa verdad Eterna, que  guía la luz de nuestra conciencia, el obrar bien, siempre nos dirige por los caminos de Dios. Obrar mal nos dirige por los caminos del mal y nos aparta de Dios.
Nos debemos siempre de preguntar Siempre ¿vivimos con la verdad o con la mentira?   Me recuerda esto las muchas veces que como padre he tenido que enfrentar la necesidad de orientar a mis hijos cómo deben actuar  en ciertas y determinadas circunstancias, para sorpresa muchas veces me  enfrentado a situaciones que realmente no les he podido orientarles, porque ya son adultos y actúan y ya no quieren consultar o tener opiniones, siempre guardo esa preocupación de que puedan hacer algo que  lleguen a arrepentirse por las consecuencias. Pero siempre he confiado en que sus conciencias les guíen  por el buen camino y que se guíen por el buen juicio de poder elegir siempre entre el bien y el mal, y que el bien sea siempre su mejor opción. De ahí la importancia de la formación de la conciencia.
Mientras tomaba un curso de psicología cuando cursaba mis estudios universitarios aprendí que la conciencia tiene distintos niveles, que van desde la Conciencia metafísica que es aquella mediante la cual la persona es capaz de volverse sobre sí misma y verse como un ser inteligente, libre, espiritual , y a la vez, material. Le sigue entonces la Conciencia psicológica que la cual a través de ésta la persona percibe su propio yo. Ya sea como un objeto actual de su conocimiento o como sujeto de toda acción que realiza en el mundo. Es la percepción del actuar propio: soy consciente de que estoy haciendo eso  es lo que normalmente llamamos la autoconciencia .De ahí pasamos a la formación de la Conciencia moral que es verdaderamente la capacidad personal y única de percibir el bien y el mal, y de inclinar la voluntad a hacer el bien y evitar el mal.  Es que nosotros podemos llamar como la inteligencia humana, que nos permite juzgar prácticamente sobre la bondad o maldad de  nuestros actos humanos”.

Entonces nos decía este  gran profesor esto es lo que nos permite la formación de la percepción del valor moral de mi acción.  Es lo que nos hace que nosotros seamos mejores o peores personas, pues es la forma en que interpretamos al mundo desde nuestra única realidad.
En una de las conferencias que nos dictara el padre Antonio Gonzalez Quevedo, nos hacía énfasis en  exponer que la conciencia esa voz interior que nos dice cuando una acción es buena o mala; es el centro de la persona y la brújula que guía tu forma natural de obrar.  Por eso el solía decir que la conciencia es el núcleo más secreto y el sagrario del hombre, en el que está solo con Dios, cuya voz resuena en lo más íntimo de ella. Es por eso que por nuestra inteligencia somos capaces de poder juzgar las cosas en forma adecuada y correcta, y determinar que acciones son buenas o malas y si están conforme a la voluntad de Dios entonces son buenas y si no están conforme a sus mandatos entonces definitivamente son malas.
En conclusión la formación de la conciencia moral siempre nos habrá de indicar que  “hay que hacer el bien y evitar el mal”. A este  es lo que llamamos la voz  de la conciencia. Hermanos la gente ha perdido la voz de la conciencia, que es algo vital en la moralidad de nuestros actos, una tragedia para nuestra sociedad. Es por eso que vemos tanta violencia y tanto odio entre las personas, que promueven la intolerancia, la ofensa y los insultos.  Si queremos mejorar la calidad de vida, tenemos que aprender a reforzar nuestra voluntad y nuestra conciencia para buscar siempre obrar bien y rectamente.

San Agustín solía decir  “Así como la verdad se produce por la medida, así la medida se produce por la verdad” “Dios no manda cosas imposibles, sino que al mandar lo que manda, te invita a hacer lo que puedas y pedir lo que no puedas y te ayuda para que puedas”.

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