El
testimonio de santo Tomas
De
la duda a la fe, en Jesucristo como nuestro Salvador, Como Dios Verdadero,
engendrado no creado, de la misma naturaleza que el padre.
Prof.
Pedro N. González
Hace unos días tuve una conversación con un
hermano, un hombre de fe, un servidor de la comunidad a la que asiste con
regularidad. Me confeso con gran tristeza que a veces sentía que estaba
perdiendo su fe, pues le abundaban las dudas sobre ciertos sucesos dentro de la
iglesia. Yo le mire fijamente y escuche su preocupación, trate de darle una explicación
de porqué aun teniendo fe, nos llenamos de tantas dudas y de tantas
preocupaciones.
Así que tome un ejemplo para ilustrarle,
que tener duda no está ajeno a la vida del cristiano. Le explique que muchas
veces nos pasa como a Tomas, el discípulo que dudo de la resurrección de
nuestro Señor Jesucristo Pues es normal que podamos tener dudas, solo que
tenemos que saber cómo vencerlas y pasar de la Duda a la Fe. Así Tomas el discípulo
incrédulo, paso de la duda a la Fe.
Vivimos en mundo muy complejo, los
adelantos científicos y tecnológicos, nos ponen en la gran encrucijada, creer o
no creer. De aquí que la duda se ha convertido en un proceso en una sociedad
que vive del pensamiento crítico, en donde las personas llegan a sus
conclusiones en base a la información que tiene sobre determinados hechos. Ya
no se consigue mucha gente que tiene una fe ciega, que no necesita
explicaciones, se ha perdido el respeto por las personas crédulas.
Le explicaba a mi amigo como el mismo
cristo enseño a sus discípulos y como los enfrento en sus momentos de dudas. Si
cristo fue un gran maestro, cuando sus discípulos tenían dudas y se les hacía difícil
creer lo que él decía, entonces en vez de alejarse de ellos, se les acercaba,
el no rechazo a ninguno de sus discípulos, por que tuvieran dudas, el no
renuncio a ellos, y mucho menos se alejó de ellos, no los dejo solo, el
simplemente le dio espacio para que ellos
pudieran reflexionar, para que ellos pudieran pensar, para que pudieran
meditar sobre la realidad de las verdades espirituales que él les enseñaba. Por
ejemplo cuando estaba en la barca se hizo el dormido, cuando estaba con ellos
les pregunto, quien dice la ente que yo soy, y ustedes quien dicen que yo soy.
Si cristo siempre instruyo a sus discípulos para que no tuvieran dudad y para
que pasaran de la duda a la fe.
De esta manera cuando los discípulos le
dijeron a Tomas que Cristo había resucitado, tomas dudo de sus palabras, y dijo
solo lo creo cuando lo vea y meta mi mano en su costado. Cristo tomo su tiempo,
lo hizo esperar por ochos días, Jesús no se precipito, “Ocho días después. . .
llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo:
" Paz a vosotros." Entonces le dijo a Tomas, ven aquí Pon tu
dedo y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo,
sino creyente", Jesús le da una gran lección al discípulo y el reconoce,
que había tenido duda, Jesús le dice porque me has visto has creído, dichoso
los que tienen fe.
En nuestra vida diaria ocurre lo mismo que
le ocurrió a Tomas y Dios nos trata de la misma manera, nos da espacio para que
podamos pensar y reflexionar todas las
verdades que el mismo nos ha comunicado, atraves de las Sagradas escrituras.
Por eso hermano reconocemos nuestras
dudas, Cristo llega a nosotros, y cuando nos rendimos a Su presencia, Él nos
revela más y más de sí mismo a nosotros. Dios con su gran sabiduría nos dará la
luz del Espíritu Santo para entender las
cosas que están más allá de nuestra razón.
Pero hay que orar y pedir la sabiduría y
ese conocimiento de la verdad que es Dios porque él nos dice también a nosotros
como a Tomas, "Pon aquí tu dedo y
mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo,
sino creyente”.
Pidamos hoy día de Acción de gracias la Sabiduría
y el entendimiento de la presencia de Dios en nuestras vidas. Démosle gracias a
Dios por el don de nuestra fe y por su presencia en nuestras Vidas.
Y no seamos incrédulos, sino creyentes.
Como la respuesta de Tomas. “! Señor mío, y Dios mío!" Esa es la única respuesta
que podemos dar entonces reconozcamos a Jesucristo como el SEÑOR, nuestro y nuestra única verdad, vivamos
plenamente una relación personal íntima con Dios en Cristo Jesús nuestro
Salvador.
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