sábado, 29 de noviembre de 2014

La fe, la politica y la religion en los Estados Unidos



Algunas reflexiones  sobre La fe, la religión y la política en los Estados Unidos

Prof. Pedro N. Gonzalez
Sería ingenuo de mi parte el pensar que la política partidista no es una actividad que está profundamente entronizada dentro de la religión en los Estados Unidos. Desde mi llegada a este país he podido notar la influencia de los grupos ultraconservadores en los temas más importantes de la discusión política en los comicios electorales que se dan a todos los niveles dentro del sistema democrático de gobierno que vive esta nación.
Durante las campañas presidenciales de los últimos doce años, hemos visto toda clase de acusación sobre la preferencia religiosa de los candidatos, de esta manera vemos como los candidatos buscan de todas maneras posibles de ganarse el favor político de los electores proyectando su imagen hacia las creencias religiosas de los electores a los cuales pretenden conquistar, sean cristianos, católicos, ateos o de cualquier otra creencia religiosa.
En este país la creencia religiosa no es un pecado, como no lo es el ateísmo o el agnosticismo. Lo que es más importante es que el candidato o la candidata respeten ese derecho individual de libertad de credo y que no se pretenda imponer su fe o sus creencias religiosas a los demás. Podríamos afirmar que la gente de este país, tiene más su mirada  en la capacidad que tiene cada candidato en su capacidad de asumir su gobierno con respeto a la libertad y a los derechos de sus constituyentes, más que por sus credenciales religiosas o por sus preferencias religiosas. Más bien los electores se preocupan más por su ética, por su compromiso con aquellos a quienes la sociedad les ha dejado arrinconados en la pobreza y en el olvido. Entonces vemos a los políticos que buscan proyectarse en tiempos de elecciones como los más creyentes, detrás de líderes religiosos católicos o de grupos de pastores evangélicos para recibir de ellos su apoyo y simpatías. De esta manera vemos con gran tristeza como nos sumergimos en una lucha ideológica que degrada lo  mejor y más legítimo de nuestra fe que es el amor y respeto por los demás. La lucha ideológica dentro de  las iglesias termina siendo rechazado por los electores más inteligentes. Que deslindan la religión de la política.
Mi experiencia personal es que en la iglesia católica es dominada por una poderosísima fuerza conservadora, la mejor aliada del poder político del Partido Republicano y que percibe solo una forma  de ser católico esto implica acatar la doctrina y los mandamientos de la Iglesia Católica y de la jerarquía eclesiástica. Así que desde esa perspectiva un verdadero católico no debe aceptar la homosexualidad, mucho menos las uniones entre parejas del mismo sexo, ni i los anticonceptivos, ni el aborto. Para un verdadero católico, el hombre  solo se salva si es católico, si no va a parar al infierno, en el que los pecadores irredentos sufrirán un castigo eterno. Para estos fundamentalistas ultraconservadores, no hay espacio para un encuentro ecuménico ni perdón para quienes no compartan su fe Y mucho menos si respalda a un candidato político que no tenga las mismas creencias que este grupo de ultraconservadores.



Y yo me pregunto cómo es posible que estos hermanos  puede pensar que un Dios tan justo y misericordioso sea capaz de infligir un suplicio infinito a las personas que no piensan como ellos.
 He meditado profundamente sobre este fenómeno de la relación entre fe y política aquí en los Estados Unidos y he visto la batalla campal que se da en los círculos de la iglesia para influenciar el voto del creyente en las elecciones, por ejemplo en las elecciones  presidenciales del 2008, los grupos religiosos conservadores católicos y protestantes, así como los evangélicos, hicieron una alianza política a favor de la candidatura del candidato republicano, George Busch. Inclinando la balanza a su victoria como presidente, campaña que se puede atribuir a los más poderosos grupos fundamentalistas y ultraconservadores religiosos, que adquirieron un gran poder en las estrategias políticas de los partidos políticos ultraconservadores.
Aunque tradicionalmente la religión y la política han estado de la mano en esta nación, a partir de este momento histórico el  envolvimiento político de líderes religiosos se ha convertido una práctica común dentro de los grupos religiosos de mayor participación poblacional, sobre todo en las grandes ciudades.
Pero esta situación se ha ido empeorando dentro del seno de la iglesia  católico, en donde se llegado a exponer que  los políticos católicos que se manifiesten en favor de cualquier derecho al aborto, se les considere como pecadores públicos y no se le permita comulgar, o sea que serían excomulgados de la iglesia, posición promovida por el obispo  de San Luis, monseñor Raymond Burke, el mismo obispo que lleva una campaña de descredito contra el papa Francisco por considerarlo, socialista y comunista.
Los ultraconservadores dentro de la iglesia católica y dentro de  los demás grupos de ultraconservadores, se han olvidado, de la  libertad religiosa, y el libre albedrío y de la defensa de la dignidad del ser humano,  dentro de cada ser humano hay necesidades y deseos que encuentran su plenitud únicamente en Dios», Nadie tiene derecho a juzgar la conciencia de cada persona, esas son las verdaderas enseñanzas de la doctrina social de la Iglesia, que está fundamentada por el amor a la humanidad y por el deseo de contribuir a un mundo que respete la dignidad y los derechos de todas las personas. Un objetivo que todos pueden compartir, incluso aunque no todos estén de acuerdo sobre la mejor forma de lograrlo.
El fanatismo ciega y nubla la inteligencia, y nos guía por el camino del odio y la maldad, hay que liberarse de ese sentimiento y de esa pasión.

“Le pido al Señor mi Dios, que me  libere de mis amigos, que de mis enemigos yo me cuidaré”

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