Reflexión
sobre la fe, la ciencia y la teología
Prof.
Pedro N. González
Hace mucho tiempo cuando estudiaba en el
seminario san Idelfonso en Aibonito, tuve el gran privilegio de poder tener
entre mis maestros uno de los mejores teólogos de los padres Jesuitas, un
sacerdote muy humilde y de profunda vivencia cristiana, él fue quien me enseño
los principios básicos de lo que el definía como la ciencia de Dios, que no es
otra cosa que la ciencia de la fe revelada.
Este gran sacerdote decía que la grandeza
de estudiar teología en el sacerdocio, no era para que el sacerdote se ufanara
de este conocimiento, sino más bien para fortalecer su fe, como todo creyente, que
necesita entender creer más y
profundamente en Dios, que se nos revela atraves del estudio de la teología, de
ahí que en este estudio la iglesia pretende que los seminaristas y futuros
sacerdotes fortalezcan esa experiencia personal de su percepción de un Dios,
uno y trino, que se nos revela en esa sublime experiencia personal con la oración
y el estudio. Decía este gran sacerdote, que el estudio de la teología camina
de la mano con ese dialogo profundo que nos permite la oración y que nos pone
en ese grado de amistad con Dios, que es quien nos alimenta nuestra fe, de esta
manera el teólogo se alimenta de la oración y de su sintonía con Dios, que te
regala ese conocimiento, no para que seas un experto, o un perrito, sino para
vivir su fe con verdadero sentido de ser un privilegiado por haber recibido ese
conocimiento de Dios, Por eso el que
estudia teología siempre está en actitud de escuchar la voz de Dios. Que solo se puede obtener de esa experiencia
personal con Dios, por medio de la
oración, que se constituye en la más
sublime experiencia como hijo de Dios.
Fue así como comprendí que todo el estudio
de la ciencia de la teología tiene como punto de partida la fe y su único objetivo es entender y comprender la revelación
del don de Dios. La teología no puede tener otro fin que no sea el buscar
comprender esa verdad única que es Dios y solo se alcanza su objetivo cuando es
guiada por la fuerza del Espíritu Santo, que nos permite comprender nuestra fe.
Por eso el gran maestro de la Iglesia Santo
Tomas define a la teología como "Ciencia de Dios", cuyo objeto
material es Dios o las cosas en cuanto ordenadas a Dios, y cuyo objeto formal o
punto de vista es desde la revelación, es decir, estas mismas cosas en cuanto
revelados. Su objeto material la diferencia de las ciencias de la religión que
estudian el fenómeno religioso pero no a Dios mismo. Su objeto formal la
diferencia de la teodicea o teología natural, que estudia a Dios desde la razón
natural.
La iglesia es madre y maestra, por eso
promueve constantemente la formación de los laicos y de sus sacerdotes con una
mayor formación teológica, fundamentada en el conocimiento las sagradas Escritura, de las doctrinas y pensamientos de
los padres de la Iglesia, así como el estudio de la liturgia y el magisterio de
la Iglesia. Con el fin de atender las
necesidades de los hombres que buscan una genuina respuesta de la fe. El
estudio de la teología permite a la Iglesia en su misión evangelizadora de aclarar
las dudas sobre la fe, conforme a las doctrinas de la Iglesia, la sagrada
Escritura, la Tradición y el Magisterio
de la Iglesia.
La ciencia, la fe y la Teología no están reñidas
entre sí, buscar este conocimiento nos facilita nuestra participación como
pueblo de Dios. Que todo ese conocimiento sea siempre para honra y gloria de
Dios y no para nuestro orgullo y vanidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario