lunes, 24 de noviembre de 2014

La ciencia, la fe y la teologia


Reflexión sobre la fe, la ciencia  y la teología
Prof. Pedro N. González
Hace mucho tiempo cuando estudiaba en el seminario san Idelfonso en Aibonito, tuve el gran privilegio de poder tener entre mis maestros uno de los mejores teólogos de los padres Jesuitas, un sacerdote muy humilde y de profunda vivencia cristiana, él fue quien me enseño los principios básicos de lo que el definía como la ciencia de Dios, que no es otra cosa que la ciencia de la fe revelada.
Este gran sacerdote decía que la grandeza de estudiar teología en el sacerdocio, no era para que el sacerdote se ufanara de este conocimiento, sino más bien para fortalecer su fe, como todo creyente, que necesita entender  creer más y profundamente en Dios, que se nos revela atraves del estudio de la teología, de ahí que en este estudio la iglesia pretende que los seminaristas y futuros sacerdotes fortalezcan esa experiencia personal de su percepción de un Dios, uno y trino, que se nos revela en esa sublime experiencia personal con la oración y el estudio. Decía este gran sacerdote, que el estudio de la teología camina de la mano con ese dialogo profundo que nos permite la oración y que nos pone en ese grado de amistad con Dios, que es quien nos alimenta nuestra fe, de esta manera el teólogo se alimenta de la oración y de su sintonía con Dios, que te regala ese conocimiento, no para que seas un experto, o un perrito, sino para vivir su fe con verdadero sentido de ser un privilegiado por haber recibido ese conocimiento de Dios,  Por eso el que estudia teología siempre está en actitud de escuchar la voz de Dios.  Que solo se puede obtener de esa experiencia personal con Dios, por medio de  la oración, que se constituye en la  más sublime experiencia como hijo de Dios.  
Fue así como comprendí que todo el estudio de la ciencia de la teología tiene como  punto de partida la fe y  su único objetivo es entender y comprender la revelación del don de Dios. La teología no puede tener otro fin que no sea el buscar comprender esa verdad única que es Dios y solo se alcanza su objetivo cuando es guiada por la fuerza del Espíritu Santo, que nos permite comprender nuestra fe.
Por eso el gran maestro de la Iglesia Santo Tomas define a la teología como "Ciencia de Dios", cuyo objeto material es Dios o las cosas en cuanto ordenadas a Dios, y cuyo objeto formal o punto de vista es desde la revelación, es decir, estas mismas cosas en cuanto revelados. Su objeto material la diferencia de las ciencias de la religión que estudian el fenómeno religioso pero no a Dios mismo. Su objeto formal la diferencia de la teodicea o teología natural, que estudia a Dios desde la razón natural.
La iglesia es madre y maestra, por eso promueve constantemente la formación de los laicos y de sus sacerdotes con una mayor formación teológica, fundamentada en el conocimiento las sagradas  Escritura, de las doctrinas y pensamientos de los padres de la Iglesia, así como el estudio de la liturgia y el magisterio de la Iglesia. Con el fin de atender las  necesidades de los hombres que buscan una genuina respuesta de la fe. El estudio de la teología permite a la Iglesia en su misión evangelizadora de aclarar las dudas sobre la fe, conforme a las doctrinas de la Iglesia, la sagrada Escritura, la Tradición y el  Magisterio de la Iglesia.
La ciencia, la fe y la Teología no están reñidas entre sí, buscar este conocimiento nos facilita nuestra participación como pueblo de Dios. Que todo ese conocimiento sea siempre para honra y gloria de Dios y no para nuestro orgullo y vanidad.


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