El
problema de la Intolerancia, la radicalización y la violencia en los procesos políticos
de los Estados Unidos.
Prof.
Pedro N. González
La intolerancia y la radicalización de las
campañas políticas en los Estados
Unidos, comienzan a dar signos de una escalada confrontación entre los
sectores más ultra conservadores y liberales en los estados de mayor
concentración de grupos minoritarios, se vislumbra un ambiente de guerra entre
los grupos dominantes, que se sienten
amenazados por las nuevas fuerzas electorales. No hay duda alguna que la
intolerancia es el camino al radicalismo político de los estados Unidos, no
solo entre los grupos Islámicos, sino en todo lo concerniente a los postulados
que crean la convivencia pacífica de una nación fundamentada en diversidad
cultural y política, de una nación compuesta en su gran mayoría por diferentes
grupos de emigrantes, que dan paso a una integración multicultural, amplia y
difusa.
Por años hemos sido testigos de situaciones
muy desgraciadas en nuestra sociedad como lo sucedido durante los tiempos de la
lucha por los derechos civiles y la radicalización de los problemas raciales en
distintos sectores de la nación americana. Momentos difíciles que marcaron la
crisis por la guerra en Vietnam, el asesinato de Presidente Kennedy y de su
Hermano Robert Kennedy, el intento de asesinato de la congresista Gilford y los
más recientes caso de asesinatos de personas negras por
funcionarios policiacos con alto perfil racial. El asesinato de policías
a sangre fría, como modo de represalia. Por motivos raciales. Todos estos casos
nos deben traer a nuestra consideración la necesidad de reflexionar, para
evitar la escalada de la intolerancia, el fanatismo y el radicalismo en la
lucha ideológica partidos de esta nación.Es tiempo de que los políticos más
agresivos en su retórica incendiaria que activa la "virulencia retórica"
antigubernamental de políticos y comentaristas de radio y televisión, buscando
con sus acciones destruir la dignidad de sus adversarios de forma despótica,
que enciende el odio y la maldad de aquellos que desprecian con sus expresiones
los valores de nuestra sistema democrático de convivencia pacífica y de solución
a nuestros problemas como pueblo civilizado y de principios religiosos, que
descarta la violencia como medio para la lucha política.
La situación que se dio en el caso de la
congresista Gilford, en la que Sarah Palin, la líder del movimiento
ultraconservador Tea Party, se le veía apuntando al distrito de Gabrielle Gilford con
una mira telescópica de un rifle, constituyo
de por si una manera subliminal de incitación, que culminó con el fatal dispara
a la cabeza de un fanático de nombre Laughner, que hirió de gravedad a la
congresista Demócrata. Situaciones como estas las seguimos viendo en la campaña
recién terminada de mitad de termino, campaña marcada por el contenido de alta
violencia verbal, de desprecio a las acciones del Presidente, que van más allá
de señalar diferencias, de generar controversia y promover el odio y desprecio
hacia la figura del presidente de la nación americana. Estos políticos de
barricadas borrachos del poder electorero de una victoria de mitad de término,
no se dan cuenta de las consecuencias que nos puede traer su actitud de confrontación
y violencia en toda nuestra sociedad. La continua retórica de odio contra la
reforma sanitaria del presidente Barack Obama, no puede estar fundamentada en
desprecio a los que se benefician de esta ley que ha dado servicio al menos 11
millones de personas, que no podían adquirir servicios de salud para ellos y su
familia a lo que se opone tenazmente el Partido republicano, los ultra
conservadores del TEA Party que ahora son la nueva cara del movimiento ultraconservador
de los estados Unidos. Representados ahora por
Mit Rodney, Jeff Bush, y el nuevo
congreso Republicano.
Es muy peligros el que el Partido
Republicano sea promotor de las actitudes que tradicionalmente han
representados los movimientos ultraderechistas, respaldado por la
gran mayoría de los programas de la cadena de televisión Fox, quienes aunque públicamente
dicen oponerse a estas tendencias, sus líneas editoriales las favorecen y las
apoyan. Es muy peligroso que se de paso a esta conducta disociadora, de provocación,
de odio y de desprecio hacia los que no piensan como yo, es muy peligroso lo que vemos a diario en la discusión
pública del liderato legislativo del congreso que recién ha empezado, con el
mismo lenguaje agresivo que fue escenario de las pasadas elecciones congracionales.
Es tiempo de meditar y reflexionar sobre lo que está
ocurriendo en nuestra política y cuáles son los motivos que dan paso a esta
actitud de confrontación , de odio e
intolerancia, que es antesala de la violencia
generalizada de nuestra sociedad. Es tiempo de Pensar y de buscar
alternativas a los acuerdos y los procesos de negociación que den esperanza a
una mejor calidad de vida para todos indistintamente del partido político de
nuestra preferencia. Tenemos que erradicar ese mundo de violencia y de palabras
violentas, que incitan al odio del ambiente político antes que se nos haga
demasiado tarde y suframos las consecuencias de la intolerancia y la confrontación.
La democracia nos permite cambiar las armas por la buena retórica, es hora de
reenfocarnos en las cosas que podemos hacer mejor.
El pueblo merece una mejor respuesta de sus
líderes políticos. No podemos permitir que el congreso sea la nueva La meca de
la intolerancia. Es muy triste que esto nos esté pasando aquí en los Estados
Unidos, la nación considerada como la democracia más estable del mundo, no
podemos darle paso a esta forma de hacer política de lo contrario no vamos a
encontrar personas decentes y razonables que deseen participar en la actividad política.
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