domingo, 11 de enero de 2015

Conocer la verdad, aumenta tu fe, desvanee tus dudas

Año nuevo/ nuevas metas, nuevos compromisos.

Prof. Pedro N. González

Hace algunos dias, hice publico una reflexión sobre como podíamos apoyar el llamado del Santo Padre, Para transformar esta Santa Iglesia católica, Iglesia fundada por Cristo, que camina al tercer milenio. Con una nueva agenda, evangelizar a los evangelizadores. Aquí está el mensaje del Santo Padre. Tenemos que hacer muchos cambios y modificar muchas actitudes, para retomar el camino de Emaús, acompañados del Cristo que nos comunica, nos guía y nos convoca. El santo padre tiene un gran reto, pero nosotros tenemos que acompañarle en su misión.
Francisco ha sido Convocado, Como fue convocado San Francisco, a reconstruir la Iglesia que estaba en Ruina, y esta Iglesia nuestra aunque no esté en ruina, necesita ser reparada desde adentro hacia fuera, para evitar que pueda colapsar.
Podemos entonces echar una mirada a esta agenda del Santo padre y las implicaciones de su mensaje para una nueva evangelización, que es una agenda para romper los avances de la descristianización galopante que padece el  mundo en todas sus dimensiones, sobre todo aquí en el continente americano en donde la esencia del evangelio ha perdido su significado para una inmensa mayoría de la gente. Que se refleja consistentemente con esa crisis de valores que marca una sociedad cargada de profundas diferencias sociales, donde la pobreza y la desigualdad crecen a pasos agigantados, como una enfermedad crónica e incurable.
El crecimiento de grupos de cristianos no católicos, ha marcado un crecimiento dramático en toda la américa central, sur y latino América. La iglesia católica sigue perdiendo feligreses aceleradamente, ante el avance de los grupos evangélicos y protestantes. La razón para ello es que la gran mayoría de los fieles católicos no ven en la iglesia signos de esperanza, piensan que esto es más de lo mismo, que no da signos de una reforma pastoral verdadera para la evangelización. La gente ha comenzado a abandonar nuestra Iglesia por que no perciben en ella un genuino mensaje de la fe que Cristo trasmitió a sus apóstoles, por los profundos problemas económicos, políticos, religiosos y sociales que desgarran toda esta porción del mundo, donde abunda la injusticia social, el prejuicio y la marginación de los grupos más desventajados.
El problema que enfrenta la Iglesia en toda esta región es que no se le puede hacer evangelización sin enfrentar esa realidad de la crisis económica y financiera que es parte de ese entorno social que está produciendo millones de pobres anualmente, y que son una contradicción para la evangelización que supone ser una noticia de esperanza  para los pobres.
Entonces nos confrontamos con esta convocatoria del Santo Padre, para que esta Iglesia sea una Iglesia pobre, y refugio  y esperanza para los pobres y los más necesitados, para los desamparados y para los perseguidos, para los marginados y para los desposeídos. Para los emigrantes y para los que buscan como enfrentar sus necesidades más apremiantes.
El santo Padre quiere que esta iglesia nuestra sea instrumento para ayudar a la vida de tantos hermanos nuestros que no tienen los recursos para alimentar a su familia, el santo padre quiere que esta iglesia sea verdadera luz y esperanza, como lo anunciaba nuestro Señor Jesucristo.El santo Padre tiene una agenda para que esta iglesia sea parte del esfuerzo creativo para ayudar a solucionar la  crisis que existen en el mundo, y que afecta a millones de personas. La nueva evangelización que promueve este sumo pontífice no es una de meros pensamientos ideológicos, es una respuesta radical al verdadero sentido doctrinal de la misión de la Iglesia, fundada por Cristo para ser luz y sal de la tierra para los hombres y mujeres de nuestro tiempo.
Este Santo Padre viene a reconstruir nuestra Iglesia en su dimensión evangelizadora, que nos convoca a todos para retomar el anuncio del evangelio desde la misma perspectiva que el mismo Cristo no los trasmitiera, “Dios nos ha salvado en Jesucristo, iniciador del Reino, que potencia con su Espíritu a través de la Iglesia hasta la consumación de los tiempos.”
Ante la crisis de la ausencia de sacerdotes en nuestra Iglesia, la nueva evangelización se hará por los laicos, o no se hará. Entonces el santo padre nos llama a insertarnos en forma efectiva a la misión de la Iglesia, a romper nuestra indiferencia y aporta nuestro conocimiento en ese esfuerzo de ser luz del mundo. El laico tiene que ser parte integral de esta misión de la Iglesia acompañado y dirigido por la jerarquía de la Iglesia a quien Cristo le ha encomendado la misión de evangelizar.
El santo Padre nos ha convocado a todos, sacerdotes y laicos a tomar parte de ese nuevo camino de la evangelización para que como iglesia salgamos a anunciar y realizar la salvación de Jesucristo, para lo cual tenemos que estar en comunión con el santo Padre para hacer que nuestra iglesia  proclame y realice el Reino de Dios. Reino de justicia, amor, libertad, paz y santidad. Reino de la comunión y reconciliación total del  hombres con el hombre y del hombre con Dios.

Cada cual tiene ante si esta propuesta. Nuestra participación puede ser la diferencia.

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