Lo
que debemos saber sobre la razón práctica, o la moral condicionada
Prof.
Pedro N. Gonzalez
Quisiera compartir con mis amigos algunos apuntes teóricos sobre la moral
condicionada y la ética que el autor del libro “Razón Practica” expone en su
contenido. Pues mucha gente confunde lo que verdaderamente significa ser una
persona regida por una conducta ética. Tradicionalmente, todas las éticas hasta
Kant eran materiales (Aristóteles, Epicuro, moral cristiana…), es decir
nos dicen el objetivo y el modo de conseguirlo, son heterónomas. No nos
proporcionan contenidos morales sino que se limitan a imponer desde fuera
nuestra conducta.
Sin embargo, la
ética de Kant se presenta en la historia de la filosofía como una ética
formal, que permite a la persona seguir su propia ley moral Para ser
moral nuestra acción debe estar orientada por el puro cumplimiento del deber. Según
Kant, hay tres preguntas que se plantea el ser humano: ¿qué puedo saber?, ¿qué
puedo hacer? y ¿qué me cabe esperar?
Recordemos que la
razón tiene dos usos: uno teórico y otro práctico. Con el uso teórico
respondemos a la primera de éstas. Su función es por tanto, ayudarnos a
entender como es el mundo. Pero necesitamos de otro uso práctico con
el que responder las otras dos, orientar nuestro comportamiento, dirigir
nuestra voluntad. Kant identifica el uso práctico con la moral. Así, podemos
diferenciar dos ámbitos de la realidad: el del “ser” y el del “deber ser”, el
de la ciencia y el de la moral.
En su obra, el
autor del libro crítica de la Razón práctica, no transmite las condiciones que
hacen posible el deber, partiendo de:
. Una acción
desinteresada no condicionada a ningún fin /el deber por el deber/
. Que existe una
ley moral universal
Esa ley moral,
que no cuestiona, De dos cosas estoy seguro: del cielo estrellado sobre mi cabeza
y de una ley moral en mi posee según Kant, un carácter de imperativo categórico
(mandatos universal, formal y que posibilita el autogobierno), distinguiendo
dos tipos:
_ Los hipotéticos
aquellos que ordenan algo como medio para conseguir un fin, su validez siempre
está condicionada.
_ Los
categóricos que son mandatos incondicionados, es decir aquellos que ordenan
algo como un fin absoluto. Tienen validez por sí mismos.
Así, la ley moral
sólo puede tener carácter de imperativo categórico, ya que ésta debe ser
universal.
El deber proviene
de la razón, y obrar moralmente consiste en cumplir la ley por respeto a la ley
misma.
La bondad o
malicia de las acciones dependerá de la intención de la voluntad al actuar. La
moral de Kant es una moral formal en la que lo importante no es el contenido,
sino la intención, el cómo se actúa. Por ello, Kant no nos va a decir qué es el
bien, sino que nos ofrece el procedimiento, un modo de hallar esa ley moral que
se halla en nuestro interior. Son imperativos meramente formales donde no se
nos da el contenido, sino la forma.
Las dos
características principales de la ley moral serán la autonomía: la ley moral
está dentro de nosotros y al cumplirla nos obedecemos a nosotros mismos; y la
universalidad, al provenir de la razón será común a todos los seres humanos.
De estas
características obtiene Kant sus dos postulados más importantes:
· “Obra de tal
modo que la máxima de tu voluntad pueda valer siempre al mismo tiempo como
principio de legislación universal”.
· “Obra de tal
manera que trates siempre a la humanidad, tanto en tu persona como en la de los
demás, como fin y nunca como mero medio”.
Los postulados
(hipótesis) son, para Kant, las condiciones indispensables para la existencia
de un hecho. Los postulados de la razón práctica, que le sirven a Kant para
explicar el hecho de la ley moral, son tres:
LA LIBERTAD
Es la “razón del
ser” de la moral, y ésta a su vez, es la “razón de conocer” de la libertad. El
deber supone el poder, por lo que el ser humano debe tener un dominio de sus
actos para que exista una norma que le sea impuesto como deber desde su razón.
LA INMORTALIDAD
Todo deber exige
ser realizado, por lo que para alcanzar la perfección (actuar sólo por deber)
sería necesario alargar esta vida, la inmortalidad.
DIOS
El deber y la
felicidad no parecen seguir el mismo camino en esta vida. En tanto que el
hombre es cuerpo, cuya tendencia dominante es la búsqueda de felicidad; y alma
cuya tendencia dominante es el cumplimiento del ideal moral. Pero no tendría
sentido una vida virtuosa sin recompensa. Por ello ha de existir un ser que
garantice la felicidad tras el cumplimiento del deber, éste es Dios. En un
mundo perfecto felicidad y deber coincidirían.
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