Reforma
contributiva, es más que impuestos. Aquí se nos va la vida como pueblo.
Prof.
Pedro N. González
Nuestro pueblo vive sumergido en una lucha política
partidista e ideológica que no permite dar paso a los cambios más importantes
dentro de nuestra economía, que está en estado catatónico, a punto de su
colapso total, todo el mundo quiere que sus ideas sea las únicas que se
discutan y la demás quedan descartadas, por eso cualquier propuesta reforma está
encaminada al fracaso, pues nadie parece ceder ni un ápice en su posición política,
mientras al pueblo que lo parta un rayo, como el destino de la palma, que solo
espera que le caiga un rayo. Así que el grito de guerra de la oposición política
en Puerto Rico es simplemente no a la reforma contributiva, no al IVA y si al
IVU, aunque nuestra economía colapse.
La propuesta del primer ejecutivo para una
nueva reforma contributiva simplemente ha alborotado el gallinero y se ha
formado el reperpero, la demagogia y la desinformación como medio para combatir
la tan necesaria reforma tributaria. ¿Dónde
está el problema? Lo que pasa es que cualquier reforma que pretenda enmendar el
sistema contributivo vigente, requiere de cambios profundos en la estructura
del sistema que tenemos al presente, cambios que van más bien encaminados a un
periodo económico a largo plazo por tanto el gobierno tiene que jugar en este
proceso con sistema de cambios y enmiendas al sistema a corto plazo, sin
desarticular todo el sistema de un solo golpe, pues esto podría generar serios
conflictos e inestabilidad a nuestra economía, sobretodo en el aspecto
tributario que controla los recaudos del dinero operacional del gobierno.
El gobierno ha abierto un proceso para la discusión
de esta propuesta, un proceso de discusión que nos debiera dar suficiente
tiempo para evaluar los méritos de cada elemento contenido en esta propuesta, aquí
el problema principal que enfrenta este proceso es la prisa, pues por ser un
asunto tan importante para nuestro país no se debe hacer de un día para otro,
pues existe entonces una altísima probabilidad de fracasar en los buenos propósitos
de una buena reforma contributiva, así que el problema mayor que yo le veo a
esta propuesta es la demasiada celeridad y ligereza con que se lleva el
proceso.
Yo le propongo a la legislatura el que se dé
más tiempo para poder estudiar con mayor profundidad la evidencia económica empírica
disponible, para poder estudiar algunos detalles importantes y evaluar con
mayor claridad los problemas que nos representa el sistema contributivo
vigente, para entonces poder en forma seria y científica discutir con los
distintos sectores de nuestra sociedad los cambios que se proponen para atender
dichos problemas.
No se pueden poner los bueyes detrás de la
carreta. una Reforma Contributiva tiene que estar claramente ordenada, para
convencer a las personas sobre los beneficios y los costos de la propuesta, hay
que establecer claramente unos periodos de transición entre el sistema actual y el sistema propuesto, como un
mecanismo para poder implementar los cambios en forma ordenada y sistemática, que
permita una transición efectiva y ordenada dando paso para poder revisar
permanentemente los resultados que se vayan produciendo después de aplicar los
cambios.
Yo creo que la idea del gobierno es
correcta pero les advierto el riesgo de hacerlo demasiado de prisa. Es mi opinión
que la propuesta reforma contributiva debe regirse con mucho cuidado buscando
ubicarla e implantarla en un momento apropiado considerando las condiciones económicas,
políticas y sociales de nuestro país. Creo que hay que actuar con prudencia en
la discusión, de cómo vamos a implantar la reforma contributiva.
Yo le recomiendo que se separen ambos
procesos que en este momento trabajemos con la fase del diseño de la reforma y
su contenido estratégico y que en otro momento se de paso a la implantación de
la reforma contributiva. Mi propuesta esta fundamentad en la incertidumbre y confusión
que se ha generado en la discusión pública que en mi opinión personal está
creando demasiada incertidumbre en algunos importantes sectores económicos, que
tendría un impacto significativo en nuestra alicaída economía. Propongo que
demos más tiempo a la discusión de la necesidad y conveniencia de la propuesta
reforma de manera que se atenúa un poco la discusión de la necesidad de la
reforma y los cambios que son necesario
introducir para el éxito de la implantación de la reforma propuesta.
Si queremos una buena reforma debemos dar
suficiente espacio a la discusión de las ideas para luego generar un mejor
proyecto que sea el resultado del análisis minucioso de todos los elementos
contenidos en la estructura contributiva. Debemos también planificar con
detenimiento como la vamos a poner en práctica. Señores Roma no se hizo en
siete dias.
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