El
PNP quiere la quiebra para nuestro país, como estrategia política.
Prof. Pedro N. González
Puerto Rico está en quiebra, eso dicen los números
de distintos grupos económicos que han estudiado la situación fiscal y la
crisis financiera de las corporaciones públicas del gobierno de Puerto Rico.
Claro está que el problema está en ver cómo hemos llegado a este momento tan crítico,
pero nadie quiere asumir la responsabilidad de lo sucedido y que nos mantiene
al punto del colapso económico. Lo que si sabemos fuera de toda duda es que el
gobierno de Alejandro García Padilla en tan solo dos años de gobierno no puede
ser el responsable único de esta desastrosa situación económica, que vive
nuestro pueblo y que genera tanta incertidumbre en nuestro quehacer social.
Pero el problema se agrava por la politización del ambiento en nuestro país. La
situación ha llegado al colmo del límite del tiempo y se hace urgente el que el
gobierno genere alguna estrategia económica que nos permita tratar de salvar la
situación de nuestro pueblo.
Pero cualquier propuesta del gobierno
enfrenta la fuerte oposición del mayor partido de oposición política en Puerto
Rico y que busca de alguna manera sacar ventaja de esta situación, provocando
un caos en todo los aspectos socioeconómicos, con el fin de justificar sus
estrategias políticas, de poner toda las soluciones en un cambio de estatus político,
como única solución a nuestros problemas económicos. Suena algo descabellado,
pero lamentablemente esta es la realidad que vive nuestro pueblo, o sea que hay
gente que son capaz de sacarse los ojos para lograr sus objetivos, pues el fin
justifica los medios.
El gobierno apuesta a una reforma
tributaria como su mejor opción para enfrentar la disminución en los recaudos
del gobierno y poder impulsar de alguna manera nuestra alicaída economía.
Agobiada por un estancamiento económico que acelera el desgaste de nuestra
estructura productiva. El gobierno no le queda más remedio que buscar algún instrumento
que nos permita impulsar la recuperación económica a un corto plazo, pues de lo
contrario la crisis se agudizaría aún más.
El gobierno ha contratado distintos grupos
de expertos y todos y cada uno de ellos han coincidido en que es urgente
incentivar y fomentar la inversión y la creación
de empleos. Situación que se hace muy difícil con la degradación crediticia aplicada por las agencias que le facilitan el
financiamiento de la obra pública, lo que hace
lucir un panorama muy complicado
para enfrentar la situación económica del país.
El gobierno de Alejandro García Padilla
asume el gobierno con el mayor déficit que ningún otro gobierno en Puerto Rico,
con una economía en total desgaste y con una crisis fiscal que trasciende ya más
de $167, millones de dólares. Una situación donde las corporaciones más importantes
de nuestro pueblo están, totalmente insolventes. El gobernador y la legislatura
han tenido que enfrentar muchos retos para tratar de detener esta situación y
salvar en lo que se pueda nuestra situación económica. No ha tenido mucha
suerte con sus estrategias, por la volátil situación política que vive nuestro país.
Pero aun con sus desaciertos y aciertos el gobierno está dando señas de que
tiene un plan para echar adelante nuestra alicaída economía.
Nos propone el gobierno una total reforma
de nuestro sistema contributivo, que tiene como objetivo resolver a corto plazo
los recaudos del gobierno. La propuesta tiene áreas que son muy polémicas, pero
que son vitales para poder alcanzar un mejor control de su sistema impositivo,
que nos permita de alguna manera corregir las fallas administrativas del
sistema de recaudo de los ingresos sobre el consumo mejor conocido como IVU y
que no es eficiente y no ha logrado su objetivo de captación de los recaudos
del gobierno que solo llega a un 60%.
La propuesta del gobierno pretende crear un
balance más efectivo en la ecuación de la redistribución de los ingresos,
impulso a la inversión y alentar la actividad económica mediante la simplificación
de su sistema tributario evitando así la evasión contributiva, que se genera
con actual sistema del IVU, El impuesto al consumo. Que al presente esta alrededor de un 56% y que
nos genera una pérdida de alrededor de $900 millones anuales. Para salvar esta situación
el gobierno nos propone modificar este sistema y sustituirlo por el impuesto al Valor Añadido (IVA). Que es un sistema
impositivo donde lo que se paga está determinado por el valor que se agregue a
los productos o servicios que hayamos adquirido. Esto permite que las empresas
puedan hacer el pago de diferentes alternativas, una de ellas es a través de sus proveedores o mediante las declaraciones periódicas de sus planillas de impuesto
del valor agregado.
Esto parece un poco complicado para las
empresas, pero en mi opinión este sistema es muy conocido internacionalmente y más
de 129 países lo están usando al presente, con bastante éxito, creo que
nuestras empresas lo podrían implantar sin mucha dificultad, solo es cuestión de
cómo se va a manejar los procesos si es al momento en que la empresa vende el
producto o el servicio y la forma de emitir la facturación, pero estos detalles
son parte del elemento técnico de esta reforma que el gobierno tendrá que
tratar de dejar, claramente establecido para que pueda ser exitoso en la captación
de sus recaudos. Aquí el problema que tiene que manejar el gobierno son esas
discrepancias de cómo se disminuye el impacto del IVA a los distintos sectores
de la economía. El gobierno tiene un gran reto y tiene que tener pies de plomo
al evaluar objetivamente como este nuevo sistema pueda beneficia más no solo al Departamento
de Hacienda, desde el punto de vista de recaudos, sino al resto de la economía,
particularmente a los consumidores y las empresas. Que están muy susceptibles a
los cambios en sus sistemas impositivos. El cobro del IVA para una empresa se ejecuta en
el momento que una empresa vende un producto o servicio, emite la factura
correspondiente. Las compañías, en líneas generales, poseen el derecho de
recibir un reembolso del IVA que han pagado a otras compañías a cambio de
facturas, lo que se denomina como crédito fiscal, restándolo del monto de IVA
que cobran a sus clientes (el débito fiscal). La diferencia entre crédito
fiscal y débito fiscal debe ser entregada al fisco. El éxito de esta nueva
estrategia va depender de cómo se diseñe el sistema y los mecanismos de control
que permitan mayor eficiencia en los recaudos del gobierno y que no se provoque
un aumento en los costos operacionales de las empresas. Creo que todavía el
gobierno tiene espacio para mejorar su propuesta. Pero la propuesta del gobierno
es mejor propuesta, que la no propuesta del PNP, que su única agenda es la
magia de un cambio en nuestro sistema político, para que nos llegue la bonanza
de la Estadidad, que en cualquier escenario representa una mera ilusión sin ninguna
posibilidad real. Yo apuesto a la propuesta de este gobierno, pues es mejor arreglar mi carro viejo, que
comprar uno nuevo que no lo pueda pagar.
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