El amor
de Dios es infinito
Solo una
breve reflexión sobre lo que el mismo Cristo, les dijo a sus discípulos
Prof.
Pedro N. Gonzalez
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Yo
les aseguro: cuanto pidan al Padre en mi nombre, se lo concederá. Hasta ahora
no han pedido nada en mi nombre. Pidan y recibirán, para que su alegría sea
completa. Les he dicho estas cosas en parábolas; pero se acerca la hora en que
ya no les hablaré en parábolas, sino que les hablaré del Padre abiertamente. En
aquel día pedirán en mi nombre, y no les digo que rogaré por ustedes al Padre,
pues el Padre mismo los ama, porque ustedes me han amado y han creído que salí
del Padre. Yo salí del Padre y vine al mundo; ahora dejo el mundo y vuelvo al
Padre”. Tomado del evangelio según san Juan 16, 23-28.
Nuestra fe en Jesucristo y en su palabra, son la
razón de ser de todo Cristiano, de todo creyente. Quien pone en duda la
realidad de que Jesucristo es Verdadero Dios y verdadero hombre, realmente no
ha leído el evangelio de San Juan, y no se puede llamarse a sí mismo hijo de
Dios. En las sagradas escrituras, sobretodo en este evangelio de San Juan
podemos ver con la sencillez que Cristo le hablaba a sus discípulos con gran
realismo y transparencia, para anunciar al mundo el mensaje de salvación, en
síntesis el mensaje de Jesucristo es claro en lo relativo al valor de la vida
como un don precioso que Dios mismo nos ha regalado, para que no quede duda
alguna de cuánto vale nuestra vida para Dios.
En sus parábolas a los discípulos Jesucristo
resalta en forma magistral la creación de Dios y nos muestra cómo Dios está
presente en las historias diarias de nuestra vida. Entonces en todo ese proceso
de Jesús cuando les habla a sus discípulos, como buen maestro, nos deja claro
su preocupación por cada situación humana que encuentra en la realidad de los
hombres y de las mujeres que vivían enfrentando las difíciles situaciones de
aquellos tiempos. Cristo deja a sus discípulos claramente establecida la
confianza que debemos tener de nuestro padre celestial, que siempre vendrá en nuestra
ayuda, para socorrernos, para escuchar nuestras necesidades y nuestras
peticiones, Pues el Padre que está en los cielos está presente en todas las
circunstancias de nuestras vidas. Esa fe y esa esperanza de que algún día nos
vamos a encontrar junto a su presencia, la vive Jesús con sus discípulos día a
día, con la acción del Espíritu Santo, la acción del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo, en esa íntima relación de un solo Dios verdadero. Jesús actúa y
enseña a sus discípulos partiendo siempre de una íntima relación con Dios
Padre. Por eso su palabra no tiene fin, y toda rodilla se dobla ante su nombre.
Por eso los que esperamos en cristo tenemos que manifestar nuestra fe y vivir
la fe como él nos lo enseñó, con una mirada permanente en Cristo, para que
nuestras acciones puedan tener credibilidad, nuestras palabras no pueden ser
meras palabras, tiene que reflejar la total realidad de nuestras vidas, con
obras que sean muestras de esa realidad de compromiso y amor al prójimo fruto
de nuestra fe en cristo. Todo lo demás sobra. Eso es lo que nos dice el Santo
Padre Francisco.
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