jueves, 14 de agosto de 2014

el amor de Dios es infinito



El amor de Dios es infinito
Solo una breve reflexión sobre lo que el mismo Cristo, les dijo a sus discípulos
Prof. Pedro N. Gonzalez

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Yo les aseguro: cuanto pidan al Padre en mi nombre, se lo concederá. Hasta ahora no han pedido nada en mi nombre. Pidan y recibirán, para que su alegría sea completa. Les he dicho estas cosas en parábolas; pero se acerca la hora en que ya no les hablaré en parábolas, sino que les hablaré del Padre abiertamente. En aquel día pedirán en mi nombre, y no les digo que rogaré por ustedes al Padre, pues el Padre mismo los ama, porque ustedes me han amado y han creído que salí del Padre. Yo salí del Padre y vine al mundo; ahora dejo el mundo y vuelvo al Padre”. Tomado del evangelio según san Juan 16, 23-28.
Nuestra fe en Jesucristo y en su palabra, son la razón de ser de todo Cristiano, de todo creyente. Quien pone en duda la realidad de que Jesucristo es Verdadero Dios y verdadero hombre, realmente no ha leído el evangelio de San Juan, y no se puede llamarse a sí mismo hijo de Dios. En las sagradas escrituras, sobretodo en este evangelio de San Juan podemos ver con la sencillez que Cristo le hablaba a sus discípulos con gran realismo y transparencia, para anunciar al mundo el mensaje de salvación, en síntesis el mensaje de Jesucristo es claro en lo relativo al valor de la vida como un don precioso que Dios mismo nos ha regalado, para que no quede duda alguna de cuánto vale nuestra vida para Dios.


En sus parábolas a los discípulos Jesucristo resalta en forma magistral la creación de Dios y nos muestra cómo Dios está presente en las historias diarias de nuestra vida. Entonces en todo ese proceso de Jesús cuando les habla a sus discípulos, como buen maestro, nos deja claro su preocupación por cada situación humana que encuentra en la realidad de los hombres y de las mujeres que vivían enfrentando las difíciles situaciones de aquellos tiempos. Cristo deja a sus discípulos claramente establecida la confianza que debemos tener de nuestro padre celestial, que siempre vendrá en nuestra ayuda, para socorrernos, para escuchar nuestras necesidades y nuestras peticiones, Pues el Padre que está en los cielos está presente en todas las circunstancias de nuestras vidas. Esa fe y esa esperanza de que algún día nos vamos a encontrar junto a su presencia, la vive Jesús con sus discípulos día a día, con la acción del Espíritu Santo, la acción del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, en esa íntima relación de un solo Dios verdadero. Jesús actúa y enseña a sus discípulos partiendo siempre de una íntima relación con Dios Padre. Por eso su palabra no tiene fin, y toda rodilla se dobla ante su nombre. Por eso los que esperamos en cristo tenemos que manifestar nuestra fe y vivir la fe como él nos lo enseñó, con una mirada permanente en Cristo, para que nuestras acciones puedan tener credibilidad, nuestras palabras no pueden ser meras palabras, tiene que reflejar la total realidad de nuestras vidas, con obras que sean muestras de esa realidad de compromiso y amor al prójimo fruto de nuestra fe en cristo. Todo lo demás sobra. Eso es lo que nos dice el Santo Padre Francisco.

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